Imperfecciones

Definitivamente: la edad no te convierte en perfecto, ni la juventud en  más listo.

En la mayoría de los casos, los años te tornan más viejo y la juventud manifiesta inexperiencia.

La Vida, en sí misma, tiene un ritmo, marcado por estaciones, días y noches, revoluciones planetarias, horas rojas, oscuras y luminosas.

No todo ocurre en los tiempos que queremos, pero cierta configuración de causa y efecto se sucede inexorablemente.

Queremos acortar caminos y creemos, entonces, que podemos aprovecharnos de las circunstancias y de la gente. Nos maquillamos de lo que no somos. Adoptamos personalidades ficticias. Engañamos. Robamos. Nos corrompemos. Explotamos a las personas y a la Tierra.

Causa y efecto, repito, inexorablemente los resultados caerán sobre nuestras cabezas.

Nuestras acciones generan una causa interna que se graba en el inconsciente, esta causa interna se apropia de un efecto inherente. Con las circunstancias apropiadas, algún fenómeno externo hará que el efecto inherente se manifieste. Entonces hablamos de “karma”,sin saber a ciencia cierta qué es realmente.

Karma es la acción desprovista de connotaciones. Karma es la motivación original de las causas internas y sus efectos inherentes.

Las causas internas no están regidas por la intención. O sea que, buenas intenciones con resultados desastrosos no acumulan causas positivas.

En este sentido: “la estupidez no paga”, es decir que acciones estúpidas producirán mal y, como resultado, efectos inherentes malignos para nuestra propia vida y probablemente para los demás también.

Entonces, ni el éxito ni la riqueza son garantía de una vida segura ni felicidad.

Sólo la sabiduría puede alejarnos de la estupidez y las malas causas, para forjarnos un futuro más promisorio. Sólo la sabiduría puede convertir al éxito y a la riqueza en causas positivas que favorezcan a la vida.

Tal vez estemos aquí sólo para aprender esto. Pero preferimos mirar hacia otro lado y seguir detrás de la promesa de la fama, como el asno detrás de la zanahoria.

Es lo que nos muestran, es lo que nos gusta... y el conocimiento está tan desacreditado...

Como todo debe ser veloz, las palabras escritas en un libro o el lento discurso de un maestro suenan monótonos.

Los atardeceres son lentos, los días pasan sin sentido... necesitamos más velocidad.

Esta es una cultura con mucho TORQUE... pero nada de sabiduría.

Oh... y todos se ven tan tristes...

Soy un viejo... y no se puede decir que sea sabio... solo y apenas un poco menos estúpido que mucha gente... pero me gusta ver como el viento mueve las hojas de los árboles y puedo pasarme horas besando a mi esposa.

Disfruto de la letanía del tiempo, tal vez porque siento que me queda muy poco por delante.

Los libros largos y detallados, con descripciones poéticas me apasionan, la poesía me conmueve, suelto lágrimas con los relatos heroicos o los cuentos zen... o sea: que para esta cultura soy patético y pasado de moda.

Un día decidí que quería ganarme la vida diseñando y escribiendo, y eso hago.

Otro día me enteré de lo importante que es el amor, tal vez lo más importante, y me encontré con mi compañera del alma.

Mi vida de viejo patético es sorprendentemente feliz y no soy rico ni famoso.

Confío en la vida, ella nunca me ha defraudado. Pruebas duras. Sí, no me han faltado. La vida es así, así nos templamos como el acero, aprendemos de nuestros errores y nos vamos a la tumba un poco menos imperfectos de lo que llegamos.

Si fuera perfecto, probablemente, me aburriría mucho. Si todo me hubiera sido dado al nacer, no tendría por qué luchar. Si hubiera encontrado a mi amor en la juventud, es posible que no lo valorara tanto como ahora lo hago.

Si la reencarnación es verdad, para la próxima vida, elegiré nacer tan imperfecto como ahora soy, no quiero nacer como Buda, porque me emociona más luchar por llegar a serlo, no quiero ser rico porque trabajar para adquirir riquezas es un gran desafío, quiero que mi amada renazca a veinte mil kilómetros de mi hogar natal como me sucedió ahora, para tener que buscarla por todo el mundo.

En vez de una existencia cómoda, quiero una llena de aventuras y desafíos.

Eso es lo que tuve, y cuando decida morir, estaré feliz.

 

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